La
pretensión por parte de Israel, de justificar este sangriento
bombardeo, como parte de la lucha contra los ataques de Hamas, no es
más que un nuevo intento de querer validar una masacre, mediante los
hipócritas e irracionales argumentos con los que los prepotentes
belicistas están llevando al mundo hacia una hecatombe.
Hay
que recordar una vez más que el crecimiento del terrorismo en los
últimos tiempos, ha sido en buena parte una consecuencia y una
respuesta, violenta e irracional también, en el marco de una escalada
de atropellos por parte de las potencias bélicas hacia naciones más
débiles. En ese contexto, pretender diferenciar la violencia de los
ejércitos formales, que oprimen y masacran pueblos enteros, de la
violencia terrorista que siembra muerte y espanto, como si la primera
fuera legal y admisible, y la segunda ilegal y reprochable, forma parte
de la gran hipocresía de la política internacional.
En el
minúsculo territorio de la Franja de Gaza viven, o intentan sobrevivir,
más de un millón y medio de palestinos, tratando de trabajar en lo que
pueden en la misma Israel, y subsistiendo gracias a la ayuda
Humanitaria de la ONU. El reciente bloqueo por parte de Israel, con el
pretexto de considerarlo territorio hostil por albergar también al
terrorismo de Hamas, mostró hasta qué punto se trata de mantener a esta
población bajo un permanente chantaje de premios y castigos. En esa
situación, no es de sorprender entonces el apoyo popular que los
violentos pueden tener entre la población.
Es
bueno recordar también que la Franja de Gaza, es un territorio que
pertenecía a Egipto, e Israel ocupó hace 40 años, hasta que
recientemente pasó a formar parte del territorio controlado por la
Autoridad Nacional Palestina. Esta forma de proceder, de invadir
territorios, ya sea para instalarse definitivamente, o para luego
negociar lentas retiradas a cambio de mantener el control y el poder de
alguna forma, es la misma que utilizan USA y sus aliados para
disciplinar al mundo y manejar sus recursos naturales.
No es
de extrañar entonces, que ante tal prepotente accionar, surjan
reacciones cada vez más monstruosas, en las cuales a su vez los
poderosos buscan justificar el aumento de su prepotencia, alimentando
el círculo vicioso de la violencia que nos puede llevar rápidamente a
una catástrofe nuclear, ya que la mayor parte de los actores de los
conflictos vigentes en el mundo, son potencias nucleares. Y no hay que
olvidar que la actual crisis económica internacional, vuelve más
peligrosos a los prepotentes, que pueden buscar en la guerra una
salida política, para una situación que se les fue de las manos.
Desde
luego que todos los conflictos del mundo podrían resolverse
pacíficamente, en tanto y en cuanto avancemos hacia la concepción de
una Nación Humana Universal, en la que todos los países se ocupen de
asegurar que cada pueblo pueda desarrollarse, y tenga un territorio
donde trabajar en paz, sin presiones ni chantajes. Hay que comprender
también que la intolerancia cultural y religiosa, son formas de
violencia desde las cuales se suele justificar, con irracional lógica,
las escaladas de violencia física. Mucho habrá que hacer para que los
pueblos tomen conciencia de que en un mundo de intolerancia y de
injusticia, nadie podrá vivir en paz. Pero en esta toma de conciencia
hay que empezar por lo más urgente: descomprimir las situaciones de
extrema tensión, y desarticular los factores de presión y chantaje.
Para
eso, es fundamental y prioritario que en todo el mundo, las fuerzas
invasoras se retiren de los territorios ocupados, y que se inicie ya
mismo el desarme nuclear.
Y en
este caso particular, Israel no solamente debiera dejar de atacar de
inmediato al pueblo de Gaza, sino que, además, debiera replantearse su
política intransigente y opresiva para con el pueblo palestino. Y el
pueblo palestino a su vez, debiera tomar conciencia, que es necesario
buscar una salida a través de alianzas de paz con otros pueblos del
mundo, y dejar de creer en la obstinación suicida de los violentos.
Guillermo
Sullings
Portavoz
del Nuevo Humanismo para Argentina