¿QUÉ
HA OCURRIDO CON LA VIVIENDA?
En el artículo que os
adjuntamos se explica perfectamente lo que ha ocurrido en los últimos
30 años debido al lucro de la inversión en vivienda
El texto cuenta cómo, a finales de los 70, con un
único sueldo era posible sostener una familia y tener casa en cinco
años. Hoy, son necesarios dos sueldos para tener una casa en 35 años.
¿Avance?
Artículo de Forges, publicado en
El País.
La nómina de mi padre, en
diciembre de 1979, era de 38.000 pesetas. Él trabajaba como peón en una
obra. En ese mismo momento le ofrecieron comprar una casa. Le pedían un
total de 500.000 pesetas por ella. Decidió no arriesgar y continuar
viviendo en régimen de alquiler, en unas condiciones muy buenas. Se
trataba de una casa modesta pero muy bien ubicada, en pleno centro de
un pueblo cercano a Barcelona. A los pocos meses mi padre y mi madre
compraron un terreno en otro pueblo de la misma provincia y en menos de
cinco años de esfuerzo ya habían levantado y pagado una vivienda de 120
m2.
Han pasado 27 años. En
2006 y en el mismo pueblo donde viven, un piso modesto de 75 m2 a las
afueras no se encuentra por menos de 35 millones de pesetas, y estoy
siendo muy generoso. En el año 1979 el coste de un piso era del orden
de 14 mensualidades de un peón de obra: 38.000 pts/mes x 14 meses =
532.000 ptas.
El sueldo en 2006 de un
universitario recién titulado en ingeniería informática sin experiencia
profesional no llega a las 200.000 pesetas mensuales. En el año 2006
una vivienda modesta cuesta 175 mensualidades (14 anualidades!!!)
de un ingeniero informático (200.000pts/mes x 175 meses =
35.000.000 ptas.) Los jóvenes de hoy necesitaríamos cobrar 2,5 millones
de pesetas mensuales para estar en igualdad de condiciones con nuestros
padres que compraron una vivienda a principios de los años 80:
2.500.000 pts/mes x 14 meses = 35 Millones de ptas. Los pisos en el año
2006 deberían costar 2,8 millones de pesetas para que los jóvenes de
hoy estemos en igualdad de condiciones con nuestros padres en 1979:
200.000 pts/mes x 14 meses = 2.800.000 ptas.
No encuentro adjetivo
alguno en el año 2006 para calificar lo que mi padre consideró
arriesgado en 1979. Está claro que los pisos no van a pasar a costar de
la noche a la mañana 12 veces menos, de 35 a 3 millones. También está
claro que no voy a cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales, por muy
buen trabajo que encuentre y por muchos estudios que tenga.
Lo primero que se le
ocurre a uno es seguir viviendo en casa de sus padres y ahorrar el 100%
del sueldo durante los próximos 14 años, para el año 2020 (yo rondaré
ya los 40 años de edad) tendré el dinero suficiente para comprar una
vivienda al coste del año 2006 pero, por supuesto, no al coste del año
2020.
Evidentemente esta
ocurrencia la desecha uno antes de hacer cualquier cálculo. Aunque un
joven bienintencionado consiga ahorrar 2, 4 ó 6 millones con mucho
esfuerzo en pocos años, a día de hoy nunca podrá evitar lo siguiente:
1) Pedir un préstamo al banco a 40 o 50 años (si consigues ahorrar 2, 4
ó 6 millones puedes reducir el período a 35- 45 años, pero 5 años no
suponen prácticamente nada cuando estamos hablando de medio siglo de
pago). 2) La otra solución es pagar un alquiler de por vida.
Después de esta reflexión
ten la delicadeza de no decir a un joven que su problema es que no
ahorra, eso fue válido para ti en 1979, incluso era valido para algunos
jóvenes en 1999, pero no en 2006, en 2006 sólo consigues cargar con más
impotencia, si cabe, al muchacho. El esfuerzo de nuestros padres, sin
duda alguna admirable, no era estéril (podían obtener una vivienda de
propiedad en un período de 5 años). El mismo esfuerzo realizado por
nosotros, los hijos, sólo llega para quizá reducir en 5 años una
hipoteca de medio siglo.
La vivienda nunca fue un
objeto para enriquecerse, sino para vivir y es de lo poco material que
sí necesitamos. La ley del libre mercado puede establecer el precio de
los televisores de plasma al precio que quiera
yo no los compraré
pero nunca tuvimos que permitir que esa misma ley fijara el precio de
la vivienda, porque todos necesitamos vivir en una y no todos podemos
pagarla. Los jóvenes, incluso aquellos que tenemos estudios superiores,
no podemos competir.