El
humanista José Luis Álvarez criticó el pasado sábado, en un acto de
entrega de pasaportes a bolivianos residentes en España, la reacción de
los grandes grupos de poder ante el avance de la propuesta de Evo
Morales. Álvarez arremetió fuertemente contra el CIADI, "un
supuesto tribunal internacional para resolver conflictos de la
competencia, que en realidad es una herramienta de las grandes empresas
para mantener controlados a los gobiernos de los países más pobres".
Os reenviamos la conferencia íntegra.
"Amigas. Amigos. Buenas tardes.
En primer lugar me gustaría dar la bienvenida a
España en nombre de todos los humanistas al canciller David
Choquehuanca.
También querría agradecer a la embajada de
Bolivia, y especialmente a la embajadora Carmen Almendras, su
invitación para participar en este acto que hoy se celebra.
Y, por último, muchas gracias a todos los que hoy
estáis aquí, por apoyar con vuestra presencia el proceso boliviano.
Quisiera empezar esta breve intervención citando
precisamente unas palabras de Evo Morales Ayma, pronunciadas hace
algunas semanas, el 23 de noviembre del pasado año, durante la
inauguración del II Foro Regional Humanista Latinoamericano que se
celebró en La Paz. Ese día, el presidente de la República de Bolivia,
señaló al capitalismo como uno de los instrumentos enemigos de la
humanidad: “Yo no comparto con el capitalismo -dijo-. No es posible que
algunas familias, algunas trasnacionales sigan acumulando el capital en
pocas manos, saqueando los recursos naturales, explotando al ser
humano, y cuando les va mal, quiero que sepan, crean instrumentos de
sometimiento, de dominación o de recolonización”.
Ahí es nada. El presidente un país como Bolivia
mirando directamente a los ojos del monstruo y poníendole nombre.
Calificando al capitalismo como “enemigo de la humanidad”. Y claro...
el monstruo se revuelve furioso contra este insolente indígena empeñado
en devolver la dignidad a su pueblo.
El monstruo se revuelve furioso y ataca con todas
las armas que tiene a su alcance.
Ataca primero intentando un chantaje económico...
Ahí está el conflicto de la República de Bolivia con el CIADI, un
supuesto tribunal internacional para resolver conflictos de la
competencia, que en realidad es una herramienta de las grandes empresas
para mantener controlados a los gobiernos de los países más pobres. Un
tribunal que jamás falla en favor de los estados, que siempre da la
razón a las multinacionales. Un tribunal, en fin, inmoral e injusto que
muchos denunciamos.
Pero el monstruo ataca también en lo subjetivo,
lanzando campañas informativas que mienten y desvirtúan el proceso
boliviano. A través de varios medios de comunicación en Europa hemos
asistido atónitos a una serie de mentiras que tratan de denigrar la
figura de Evo Morales y los cambios que ha introducido en la República
de Bolivia. A Evo le han criticado por la nacionalización de los
hidrocarburos, por su amistad con otros líderes de la región y hasta
por su forma de vestir.
Esos mismos medios de comunicación que hacían
chistes acerca de este hombre honesto, reían sin embargo las gracias
del “pequeño Napoleón Sarko” mientras paseaba estas navidades con su
“Barbie cantante”...
Creo que esta anécdota califica suficientemente el
nivel de este periodismo. Sabemos que muchos medios de comunicación
responden, al igual que muchos gobernantes, a los intereses de los
grandes capitales. Y precisamente porque lo sabemos, me gustaría
resaltar hoy aquí otros aspectos de este proceso que no aparecen en la
televisión:
- Quisiera mencionar, por ejemplo, el acto
profundamente democrático de Evo Morales que, ante las presiones y
chantajes de los gobernadores de la oposión, pidio que todos -incluído
él- expusieran sus cargos a la decisión del pueblo. Y que si perdía el
referendum se iría... pero que ellos hicieran lo mismo.
- Y me gustaría también que se conociera el apoyo
mayoritario que recibió la democracia boliviana por parte de la
Organización de Estados Americanos (OEA), cuando esos mismos
gobernadores trataron -con el apoyo de Estados Unidos- de
desestabilizar el gobierno. Los países miembros de este organismo
respaldaron de forma explícita “al gobierno legalmente constituido”.
- Quiero que todos vosotros sepais que Naciones
Unidas, a través de Jean Ziegler, han calificado la nueva Constitución
boliviana como “ejemplar para todos los pueblos del mundo” debido a que
en ella se garantizan por ley el derecho a la alimentación y al agua.
- O que el mexicano Rodolfo Stavenhagen, relator
especial de la ONU para los Derechos Humanos, ha comparado a Evo
Morales con Nelson Mandela por su defensa de los pueblos originarios.
Por supuesto, ninguna de estas noticias acaparó
titulares en la prensa española. Probablemente porque como afirmó
recientemente Danielle Miterrand, viuda del expresidente francés, la
desinformación en el caso de Bolivia puede “matar la democracia”.
Y hay muchos poderosos con intereses económicos que verían con muy
buenos ojos la muerte de esta democracia boliviana. Coincidimos
entonces en el jucicio de Danielle Miterrand y, como ella, los
humanistas llamamos a los movimientos sociales a apoyar a Bolivia para
que no vuelva a producirse un derrocamiento tan doloroso como el
acontecido en Chile con Salvador Allende.
Desde hace algún tiempo, los humanistas hemos
decidido acompañar y apoyar el proceso boliviano. Tenemos experiencia
en eso de enfrentarnos a los poderosos y no nos asusta el reto. Creo,
más bien, que nos divierte y nos anima. Como dicen en El Quijote...
”Ladran, Sancho... luego cabalgamos”.
Ajenos a los ladridos, estuvimos impulsando la
Plataforma que pidió el Nobel de la Paz para Evo Morales en el 2007.
Impulsamos esta plataforma porque, entre otras propuestas del gobierno
boliviano, nos pareció ejemplar la decisión de incluir en la
Constitución la prohibición de la guerra como método para resolver
conflictos.
Y es que la No Violencia ha sido siempre la única
metodología de acción válida para los Humanistas. Estamos aspirando a
una revolución no violenta que permita cambiar este sistema neoliberal
y la mezquina cultura materialista que propugna.
Coincidimos con Evo Morales y el proceso boliviano
en que ya no hay más parches que poner a un sistema que se ha mostrado
incapaz de resolver las necesidades del ser humano. Simplemente, hay
que buscar otros modelos, otras posibilidades. El propio presidente
boliviano le dijo a Tomás Hirsch, portavoz del Nuevo Humanismo en
América Latina: “hermano, para ayudarme no se necesita ningún
protocolo. Los Humanistas pueden ayudarme terminando en todo el mundo
con el imperialismo y los explotadores… y acá en Bolivia… también. Eso
es lo mejor que todos podemos hacer”.
Y en esas búsquedas nos estamos encontrando mucha
buena gente. No será una taréa fácil esta de cambiar las cosas. Pero
parafraseando a Silo, fundador de Movimiento Humanista y guía
inspirador para muchos de nosotros, “esta es la causa de la mujeres y
los hombres valientes”. Yo me atrevo a añadir que esta causa será cada
vez la de más personas en todo el mundo. Porque esas personas
conectarán con sus mejores aspiraciones y las colocarán como algo
posible en el futuro. Ahí se desvanecerán las diferencias, aprenderemos
a valorar la diversidad y construiremos esa ansiada Nación Humana
Universal.
Nada más. Muchas gracias".