El Tata, que es el Rey, ahora un
Campeón con la mano alzada y que finalmente se pone de pie durante la
celebración de su cumpleaños 91, poco antes de entrar al féretro de la historia.
Se ha reido del mundo y de Chile, transformándose en uno de los Tres Chiflados,
con su nuevo ataque de conciencia: "asumo la responsabilidad política de todo lo
obrado". Tarde, tarde para El Paciente
Inglés, que pudo decir lo mismo en Londres bajo una acusación que no
llegó a ser un verdadero juicio en justicia. Después en Santiago, escabulló el
juicio de la ley, la historia y de los desaparecidos, haciéndose el loco tras la
fachada del olvido. Dijo a través de sus abogados, no recordar nada de nada, ni
de lo que pensaran en preguntarle. Bajo los charcos de sangre sus botas
recorrieron y pisotearon Chile coagulado durante 17 años y meses. Y de pronto,
cuando lo llamaron a juicio, lo perdió. Durante todos estos años se montó en la
historia canalla del yo no fui. Ni una hoja volaba sin que él no lo supiera,
dijo, y después no se enteró de nada. El tiempo premia a Chile y es difícil no
darse cuenta de sus crímenes, felonías, abusos, peculados, trampas, mentiras y
cobardía.
Las imágenes de El Mercurio son elocuentes. Lucía Hiriart, su
esposa y guía, le alza la mano a su campeón. "Llegaste Augusto, quien lo dijera,
hasta donde nadie sospechara o te supiera inmortal. Tu demencia subcortical, me
sabe a gloria en este largo cuento de historias y locuras. Felicidades,
campeón." "Después de mí, el diluvio, dijo el infeliz Luis, y yo Lucía, te
aseguro que pienso así. De pie estoy y el rey yo soy. Todo lo demás es historia
patria. Si todos hubiesen desaparecido, yo seguiría amando a Chile. En cada
chileno, un muerto o un ataúd libre de impuestos. Ni loco, ni demente, aquí
presente. Digan lo que digan, sigo siendo el rey. Villa Grimaldi, 11 mil metros
cuadrados de horror. Puedo sentir los gritos de los fantasmas que quemamos en el
jardín de la Villa o bajo la tortura, los que en Chile entero fueron arrastrados
por el largo espinazo de Chile. Más locos están los que quieren saber la verdad.
Lo que se pierde a propósito ya no se encuentra, es como la dignidad. Aquí
estoy, con arresto domiciliario en La Dehesa, lujoso lugar de Santiago, con mi
familia y que fue."
Rolando
Gabrielli©2006