
Algunos deben estar considerándola el Patito Feo de la pintura mexicana y latinoamericana. Sí, Frida se ha convertido en cisne desde hace unos buenos años, y ha vuelto a batir su propio record de ventas de de 5 millones de dólares con su obra Autorretrato.
Raíces, que muestra a Frida Kalho recostada sobre un páramo rocoso y echando raíces desde su pecho, fue subastado por teléfono a un comprador anónimo en Nueva York, por 5.6 millones de dólares. La obra, de sólo 30X50 centímetros, fue termina por la pintora en 1943. Raíces retrata su vitalidad, su pasión por vivir y dar, su generosidad como persona, mujer, artista y vinculación a la tierra.
A Frida no se le puede separar
de su época, ni de sus pasiones, su manera de ver y vivir, su sentido de las
cosas y amor entrañable a México y a su esposo, con quien se casó dos veces en
vida y eternamente al partir: el muralista Diego Rivera. Frida fue de carne y
hueso y echó profundas raíces como mujer, artista, mexicana, preocupada por su
tiempo y país. Siempre fue vanguardia de sí misma.
Raíces representa su
entrega y amor, reencuentro con su amado Diego Rivera, de quien se había
mantenido alejado por un largo y difícil tiempo.
Frida nos ha dejado no sólo sus
raíces, sino su vida retratada de cuerpo entero, no sólo en uno o varios
lienzos, sino en cada uno de sus actos y en su irrenunciable compromiso con la
vida y México.
Rolando
Gabrielli©2006