30 de Enero, 2006
ESPAÑA - Valencia //// Exposición K. Haring
Exposición K. Haring

El artista americano fallecido en 1990 a los 31 años a causa del sida, era
hijo del Pop Art y como tal, creció entre comics y dibujos animados, entre los
fluorescentes y fosforescentes de la cultura de masas. Así, toda su creación
nació con un marcado propósito de difusión rápida y utilización universal. A lo
largo de sus diez años de carrera, Haring plasmó con reiteración en litografías,
serigrafías, estampados en relieve y aguafuertes sus figuras estridentes
formadas por trazos y laberintos. Para ilustrar sus corrosivos mensajes creó
símbolos que representan la violencia, el dinero, el sexo, el Sida, la religión
y el racismo. Símbolos que aun hoy ilustran y documentan muy claramente el
acontecer de aquel tiempo.
El estilo lineal de Harina es aún hoy aplicable, como estilo de comunicación
de nuestros días, al plasmar el grito mercantilista de los centros de las
grandes ciudades en postres, escaparates, camisetas… Harina procedía de un
ámbito ilegal de creadores de imágenes que surgieron en los centros urbanos al
margen del arte y de los intereses comerciales, y que utilizaban el espacio
público para plasmar con su simbología aspectos clave de la vida cotidiana.
Harina creó un lenguaje claro y comprensible por medio de iconos que
representaban las tendencias de la sociedad de una forma cognitivamente genial.
Algunos lo ven como el iniciador del “Arte Graffiti”. Sus iconos se convirtieron
en un expresivo lenguaje intelectual.
La muestra que se exhiben en La Nau. Centre Cultural de la Universitat de
València, perteneciente al coleccionista Klaus Wecken, consta de un total de 215
trabajos que documentan el desarrollo artístico de Haring. Una andadura que se
inicia entre diciembre de 1980 y enero de 1981, cuando comienza a trabajar con
la tinta Sumi sobre papel Velin, pintando los diecisiete “Blueprint Drawings”.
En 1990, poco tiempo antes de su fallecimiento, las publicó en forma de
serigrafías casi a modo de legado. Las láminas están agrupadas en una secuencia
que, en su conjunto, forman las estaciones de un rosario de dolor al igual que
sucedía con los aguafuertes y las tallas de Durero. Junto a las imágenes del
triunfo y de la felicidad, existen otras de humillación y destrucción. En los
“Blueprint Drawings”, Haring muestra las imágenes más características de toda su
obra: escensa de fuerza y amenaza, de sexualidad y de histerismo religioso se
relacionan conscientemente expresando una interactividad inmediata.
Esta exposición ofrece una imagen global del lenguaje iconográfico de Haring,
compuesto por bebés, perros, ángeles y figuras de Batman, cuya multicromía
expresiva estaba rodeada de un aura radiante. “Icons” es como los llamó, y en
realidad son imágenes de santos al servicio de una idolatría del espíritu de su
tiempo. Además, la exposición incluye una impactante guerra de imágenes
enfrentadas a textos del escritor modernista William S. Burroughs en los ciclos
“Apocalypse” (Apocalipsis) y “The Valley” (El Valle). También destaca una
interesante colaboración con Andy Warhol, que dio lugar a la serie “Andy
Mouse”.
Los dibujos “Pop Shop” ocupan un gran espacio en la obra gráfica de Haring.
Eran los motivos que Haring creó para los productos que vendía en las tiendas de
Nueva York y de Tokio. “Pop” significaba para Haring el enfrentamiento directo y
sin prejuicios de los símbolos, los colores y los ídolos forjados en el día a
día mediante la publicidad, los medios de masas y la vida cotidiana de la calle.
De los ingresos procedentes de licencias que generaban la venta de sus pins, sus
camisetas, sus pósters, etc., todavía se destina hoy en día un determinado
porcentaje a la investigación del SIDA enfermedad que le llevó a la muerte en
1990 a los 31 años.
La exposición “K. Haring. Obra completa sobre papel. 1982-1990” ofrece una
gran oportunidad para adentrarse en el mundo creativo de este singular artista.
Se trata de un universo en el que la línea es la protagonista absoluta en la
creación de dibujos continuos. Desde las pintadas que dibujó con tiza en los
paneles del metro y con las que cautivo el interés de los neoyorquinos, hasta
sus murales y las obras impresas, muestran su dominio del trazo y la proporción.
A este estilo lineal se suma la elección de fondos monocromos y de contornos
gruesos que contribuyen al objetivo del artista: permitir una lectura fácil y
rápida de sus mensajes. Sus creaciones se han convertido en símbolos fácilmente
reconocibles y que hoy en día conservan intacto su poder comunicativo.
Haring se inspiraba en el mundo que le rodeaba y en sus propias vivencias, la
influencia de los cómics, los medios de comunicación y la tecnología están
presentes a lo largo de toda su obra. Unos intereses a los que sumaba su
sensibilidad hacia problemas sociales como el apartheid, la lucha contra el sida
o la guerra. La profundidad y complejidad de sus temas contrasta con la
apariencia sencilla e infantil.
Entre sus figuras más reconocidas se encuentran el “bebé radiante” que
convirtió en su firma por considerar que es la etapa más positiva del ser
humano, el perro que simboliza numerosos conceptos como la amistad o la
protección, o las pirámides humanas influidas por el “electric boogie”. Hay
otros casos de creaciones que surgieron a raíz de un acontecimiento concreto
como las figuras con un agujero en el vientre que, según recoge Alexandra
Kolossaen su libro “Haring”, se inspiraron en el asesinato de John Lennon.
La exposición propone no sólo una amplia muestra del lenguaje iconográfico
del artista sino también una prueba del interés de Haring por las diferentes
técnicas de impresión. En sus diez años de carrera produjo una gran cantidad de
litografías, serigrafías, impresiones en relieves y grabados, y trabajó con
impresores de Estados Unidos, Suiza, Japón, Alemania, Francia, Dinamarca y
Holanda.
La exposición “Obra completa sobre papel” es única en su género, ya que es la
única colección en el mundo que recopila toda la obra impresa del artista.
Documenta la obra de Haring en su totalidad y presenta, en cierto modo, una
visión retrospectiva. La exposición, que sólo se ha exhibido en Alemania y
Japón, ha sido visitada por cerca de un millón de personas.
Paralelamente, se desarrollará un taller didáctico en el Claustro Mayor
de la Universitat de València. Además, por la singularidad de la exposición,
Bancaja, quiere completar el acercamiento a la figura del artista con una serie
de actividades adicionales en las que se fomentarán los contenidos lúdicos y la
participación de los asistentes. Las variadas propuestas se desarrollarán a lo
largo de los más de dos meses de exposición de la
muestra.
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Los Dueños del Planeta
LOS DUEÑOS DEL PLANETA: CORPORACIONES 2005
Silvia Ribeiro*
La petrolera BP es la segunda empresa más grande del mundo, seguida por Exxon Mobil, Shell, General Motors, Daimler Chrysler, Toyota Motor, Ford Motor, General Electric, Total, Chevron en orden de magnitud de sus entradas hasta 2005. Cada una de ellas son economías mayores que Portugal, Israel, Irlanda o Nueva Zelanda. La empresa más grande del mundo sigue siendo Wal-Mart, cuyo volumen de ventas es mayor que el producto bruto interno de Noruega, Arabia Saudita y Austria. Wal-Mart es la vigésima economía de planeta. Entre las 100 economías mayores del globo, hay otros supermercados como Carrefour, Home Depot, Metro y Royal Ahold, procesadoras de alimentos, como Nestlé y el Grupo Altria (propietaria de Kraft Foods y Phillip Morris), junto a grupos financieros como Citigroup, ING y HSBC, y empresas de informática y telecomunicaciones como IBM, Siemens, Hitachi, Hewlet Packard, Samsung y Sony.
Al 2004, las 200 multinacionales más grandes del planeta concentraban 29 por ciento de la actividad económica mundial. Muchos analistas pensaban que la ola de fusiones corporativas que comenzó en los noventas estaba bajando, pero el valor de las fusiones y compras entre empresas alcanzó 1.95 billones de dólares en 2004, 40 por ciento más que en 2003. Cada vez menos empresas, más grandes y con mayor porcentaje de mercado. En la sombra, pero con enorme poder, crece la dominación de mercado a través de oligopolios de propiedad intelectual, cuyo vencimiento se manipula con mínimas modificaciones para extender la vida de las patentes y asociado a éste, el fortalecimiento de cárteles globales de tecnologías.
Con tal poderío y cada vez más legislaciones nacionales e internacionales a su favor, las multinacionales condicionan diariamente la vida de todos, creando guerras reales y de mercado, entretejidas en gobiernos y medios de comunicación, desplazando un enorme poder de propaganda y apropiándose de los mercados, desde la producción hasta la compra directa del consumidor.
Según el informe del Grupo ETC, Oligopoly Inc 2005 (www.etcgroup.org), que monitorea las actividades de las corporaciones globales, fundamentalmente en agricultura, alimentación y farmacéutica, desde el informe anterior, publicado en 2003, las 10 mayores industrias de semillas saltaron de controlar un tercio del comercio global, a la mitad de todo el sector. Con la compra de la empresa mexicana Seminis, Monsanto pasó a ser la mayor empresa global de venta de semillas (no sólo transgénicas, de las que controla 90 por ciento, sino de todas las semillas vendidas comercialmente en el globo), seguida por Dupont, Syngenta, Groupe Limagrain, KWS Ag, Land O'Lakes, Sakata, Bayer Crop Sciences, Taikii, DLF Trifolium y Delta and Pine Land.
En agrotóxicos, las 10 principales perciben 84 por ciento de las ventas globales. Son: Bayer, Syngenta, BASF, Dow, Monsanto, Dupont, Koor, Sumitomo, Nufarm y Arista. Con tal nivel de concentración, los analistas prevén que únicamente sobrevivirán tres: Bayer, Syngenta y BASF. Monsanto no ha renunciado a este lucrativo mercado, pero su rezago relativo -del tercer al quinto puesto- se debe a que está enfocada a la producción de transgénicos como frente de venta de agrotóxicos.
Varias de las mismas empresas están entre las 10 mayores farmacéuticas y de productos veterinarios. Las 10 farmacéuticas más grandes controlan 59 por ciento del mercado: Pfizer, Glaxo SmithKline, Sanofi-Aventis, Jonson y Jonson, Merck, AstraZeneca, Hoffman-La Roche, Novartis, Bristol Meyers Squibb y Wyeth. Las diez mayores en productos veterinarios tienen 55 por ciento del mercado.
Las 10 mayores empresas biotecnológicas (dedicadas a subproductos para la farmacéutica y la agricultura) son apenas 3 por ciento de la totalidad de ese tipo de empresas, pero controlan 73 por ciento de las ventas. Las principales son Amgen, Monsanto y Genentech.
En procesado de alimentos y bebidas, Nestlé mantiene su poderío duplicando o triplicando el volumen de ventas de sus competidores más cercanos: Archer Daniel Midlands, Altria, PepsiCo, Unilever, Tyson Foods, Cargill, Coca-Cola, Mars y Danone. Juntas controlan 24 por ciento del mercado global y perciben 36 por ciento de las ganancias de las 100 mayores.
Todas las anteriores finalmente dependen de las ventas al consumidor. Ahí están los tiranosaurios del mercado global, condicionando desde quién y dónde produce, hasta lo que llega al consumidor, con qué calidad y precio, pasando por los procesadores y distribuidores. Encabeza la lista Wal-Mart, cuyas ventas son casi iguales a la suma de las de los cuatro competidores más cercanos: Carrefour, Metro, Ahold y Tesco.
Cuando el New York Times comenzó a hablar de la "walmartización" se refería a cómo Wal-Mart había presionado la baja de salarios y la seguridad social de los trabajadores en sus tiendas en Estados Unidos. Situación que se repite por todo el mundo donde se instala, además de liquidar a las tiendas locales pequeñas, efecto que tienen todos estos grandes supermercados.
El 8 de febrero de 2004, Peter Goodman y Philip Pan escribían en el Washington Post: "Mientras el capital registra el globo en busca de trabajadores más baratos y maleables, y mientras los países pobres recurren a las multinacionales para que les provean empleos y abran mercados de exportación, Wal-Mart y China se han constituido en la empresa conjunta de capital de riesgo más extrema, su simbiosis influye las condiciones de trabajo y consumo por todo el mundo". Actualmente, debido a condiciones laborales y precios tan baratos que las maquilas miserables de Bangladesh no consiguen superar, 80 por ciento de las 6 mil fábricas que proveen a Wal-Mart están en China.
Frente a la enormidad, el fortalecimiento de las estructuras comunitarias y solidarias no es una opción ideológica: es un principio de sobrevivencia.
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